El aumento de la esperanza de vida media al nacer en los países industrializados a lo largo del último siglo ha experimentado un incremento exponencial. De los 50 años de esperanza de vida media a principios del siglo XX hemos pasado a superar los 80 años en la actualidad. Treinta años de más en tan sólo un siglo de historia.

Según el INE (Instituto Nacional de Estadística), la esperanza de vida media al nacer en España en 2015 se situaba en 85,4 años para las mujeres y 79,9 para los hombres, y las proyecciones para 2063 serán de más de 95 años en las mujeres y superior a los 92 en los hombres. En el año 2030 el 25% de la población española será mayor de 65 años y en el 2066 lo serán más del 35%. Por otro lado, el número de personas centenarias en el año 2000 era de unas 5.000 personas, en 2017 es ya de algo más de 15.500, se prevé que alcanzará la cifra de 100.000 a finales de la próxima década y superará las 220.000 en 2065.

Un reciente artículo publicado en la revista Lancet el mes de febrero de 2017 analiza las proyecciones de esperanza de vida media y máxima a 15 años vista en 35 países industrializados, entre los que se encuentra España. La media de las mujeres surcoreanas sobrepasará los 90, situándose en primer lugar, y las francesas, japonesas y españolas se colocarán prácticamente ex aequo en segundo, tercer y cuarto lugar respectivamente con esperanzas de vida media ligeramente inferiores. Estas expectativas eran algo impensable hace solamente 20 años. En contraposición, se está observando un detenimiento e incluso una reversión de la esperanza de vida en algunos colectivos como la mujer en los EEUU, y se prevé que para 2030 sea similar a la de las mujeres mexicanas o de la República Checa. No es objeto de esta presentación profundizar en los motivos de este paso atrás.

El incremento de la longevidad supera todos los años, pues, las expectativas del año anterior. Actualmente, por cada año que pasa, la esperanza de vida se alarga unos 3 meses.

Es decir, si a los 50 años mi esperanza de vida es de 80, a los 54 será de 81, a los 58 de 82 y así sucesivamente de manera de que cuando llegue a los 80 mi esperanza de vida se habrá alargado hasta los 88 años. Sin embargo, este incremento no es lineal sino exponencial gracias a los avances de la ciencia, por lo que dentro de unos años por cada año que pase, nuestra esperanza de vida se alargará 6 meses y luego 8 meses, hasta llegar a la denominada velocidad de escape de la longevidad en la que por cada año que pasa, la esperanza de vida se alarga otro año.

Estaremos en la paradójica situación en la que, aunque pase el tiempo, no estaremos más cerca de la muerte. Obviamente, esta situación no se mantendrá para siempre a no ser que alcancemos la inmortalidad.